Texto: Alexia de la Morena. Foto: Mindsign (2009).
En apenas unos años el neuromarketing político se ha convertido en la herramienta estratégica más potente de la actualidad gubernamental siendo un complemento versátil en las estrategias de marketing electoral con el fin de conseguir más votantes a través de apelar a las emociones.
Esta técnica neurocientífica de cada vez mayor auge a escala internacional aplicada, en este caso al votante, ha demostrado tras numerosos estudios que el ser humano no vota con la razón, sino con la emoción y los sentimientos como apoyan también otros expertos en neuromarketing político Francisco Misiego[1] (2012) y Victor Lamme[2] (2010) .
En esta línea se puede ver como a través del conocimiento de las áreas del cerebro activadas, los asesores políticos conocen cómo afecta el discurso político del candidato a la población. Curiosamente, el eje central de todo alegato político, bien sea de un país u otro, bien de una ideología o la contraria, se basa en las emociones tales como el miedo, la esperanza y el rechazo que pueden hacer más manejable y manipulable al elector.
El poder de las emociones en el marketing político, el uso de las metáforas y la recreación de historias –storytelling– son claves y esenciales para hacer llegar los mensajes electorales e influir en la decisión del voto.
El país pionero en esta disciplina ha sido Estados Unidos con la campaña “Yes, we can”, del Presidente afroamericano Barack Obama donde se emplearon técnicas neurocientíficas como un estudio a personas con la técnica de la Resonancia Magnetica Funcional (RMFi)[3] donde se podía intuir que partes del mensaje propagandístico interesaba más a la población.
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España también ha comenzado a emplear ya la neurociencia aplicada al votante. Se cita por ejemplo como la última campaña del líder del partido político Alfredo Pérez Rubalcaba (2011) utiliza un marketing político emocional para llegar mejor a la ciudadanía al demostrarse que el votante vota sin razonamiento lógico.
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Igualmente, se han empleado técnicas de medición neurocientíficas en España para realizar una comparativa entre líderes políticos españoles. Es el caso del debate político[4] entre Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero emitido en 2008 en la cadena TVE1 en la franja horaria de Prime Time:
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En definitiva, estas técnicas también han servido para mejorar los contenidos de los mensajes, la comunicación no verbal y el branding personal de los candidatos.
[1] Francisco Misiego es autor del libro Neuromarketing Político publicado en 2011.
[2]Este autor es profesor en el departamento de Neurociencia Cognitiva de la Universidad de Amsterdam. http://www.cognitiveneuroscience.nl/index.php?p=501964
[3] Las técnicas de neuroimagen funcional permiten visualizar las zonas cerebrales discretas que se activan mientras se está realizando una tarea cognitiva o una operación mental.
[4] Un proyecto de Icon Multimedia TV en colaboración con la universidad de Salamanca liderado por Rafael Hornos 2010. http://www.youtube.com/watch?v=Y039KqLo2dk
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